13 de abril de 2010

Astor Piazzolla "El Gran innovador"



Acrílico, medidas: 68 x 57 cm.

Fragmentos de una carta que Piazzolla le escribe de manera simbólica a Carlos Gardel.

"Querido Charlie:
Quizá llamándote Charlie te acordarás del pibe de 13 años que vivía en Nueva York, que era argentino y tocaba el bandoneón. Además trabajó de canillita contigo en "El día que me quieras". Te puse Charlie cuando me preguntaste en tu casa cómo se decía Carlitos en inglés, ¿Te acordás cuando te llevé un muñeco de madera que había tallado mi viejo? Esa mañana me dedicaste dos fotos, una para Vicente Piazzolla y otra para "el simpático pibe y futuro gran bandoneonista". De 1934 a hoy, 1978, pasaron 44 años, y realmente no te fallé. […]
Jamás olvidaré la noche que ofreciste un asado al terminar la filmación. Fue un honor de los argentinos y uruguayos que vivían en Nueva York. Recuerdo que Alberto Castellano debía tocar el piano y yo el bandoneón, por supuesto para acompañarte a vos cantando. Tuve la loca suerte de que el piano era tan malo que tuve que tocar yo solo y vos cantaste los temas del filme. ¡Qué noche, Charlie! Allí fue mi bautismo con el tango.
Primer tango de mi vida y ¡acompañando a Gardel! Jamás lo olvidaré. Al poco tiempo te fuiste con Lepera y tus guitarristas a Hollywood. ¿Te acordás que me mandaste dos telegramas para que me uniera a ustedes con mi bandoneón? Era la primavera del 35 y yo cumplía 14 años. Los viejos no me dieron permiso y el sindicato tampoco. Charlie, ¡me salvé! En vez de tocar el bandoneón estaría tocando el arpa.
Empieza una nueva época en mi vida. Volvemos a Mar del Plata en el 36. Me agarra el flechazo de la música y estudio locamente el fuelle. Mi bandoneón y yo nos vamos a Buenos Aires y debuto con Aníbal Troilo. […]
Estábamos en 1939 y hacía 4 años que eras Dios. Tus filmes y discos subieron desesperadamente. Ahora los giles descubren que cantabas bien. […]
Aquí se ha corrido la bola de que tus discos ensayan de noche, por eso cada día cantás mejor. […]
Algún día nos encontraremos en el último piso. Esperame, pero... no te mueras nunca"

Buenos Aires, 1978